Admito que soy de esas de las que nunca se olvidan de lo que esa persona a la que tanto quieren les dice, por mucho que sea una estúpidez; de esas que no es capaz de aguantar un solo día sin sonreír, aunque esa sonrisa sea tan pequeña que nadie sea capaz de percibirla; de las que no puede vivir sin sus amigas; de esas que siempre está llorando aunque no tenga ningún motivo para hacerlo, simplemente me libera llorar; de esas adictas al chocolate que se pasarían horas y horas comiéndose una tableta tras otra; de las que no sorportan esperar pero que si no hay más remedio, y vale la pena, lo hacen.
Que soy de esa clase de chicas que comenten un error, le rectifican y se pasan meses para enmendarle y a la mínima de cambio le vuelven a cometer; de esas que por mucho que estén enfadadas con alguien, nunca dejarán de estar a su lado cuando lo necesiten; de esas que aunque parece que te odian, en el fondo no lo hacen; de las que se derrumban con la más mínima tontería; de las que no paran de escuchar una canción hasta que la oyen en su cabeza aunque no esté sonando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario