jueves, 28 de junio de 2012

Sin un ángel al lado que me cuide y me proteja.

Últimamente no escribo, me limito a ver pasar el tiempo y si surge algún problema yo simplemente lo esquivo. Estoy muy negativa porque casi lo único positivo que en mi vida ha sucedido en el último año es seguir viva...
Un día más, el mismo sol, la misma mierda... La misma guerra en esta tierra de injusticia, cada día más alcohol, cada día menos pericia para salir de este laberinto que espero no me pierda.
Cada día más a ritmo caracol, más pereza, menos ganas de tirar de la sábana, de ponerme la camisa
y de estrenar cada mañana una sonrisa, cuando en mi corazón estalla la tristeza y mi cabeza no es capaz de escapar de este bajón con el que yo mismo me daño y de alcanzar la paz y la tranquilidad que con firmeza me otorgaba antaño el don de la destreza como abrigo.







Abrí los ojos.

Nuevo abril estrena otro disfraz. Hay un muerto encima del sofá. Viernes 13 rojo, otra vez impar. Nado entre la nada y su mitad. Nado entre el concepto ser o estar. Si soy lo que siento, siento que no estás... Y es que ya no hay lágrimas que valgan, ni misterios que cuidar. Sólo la mísera certeza de que nada será igual. Y abrí los ojos para ver si aun estabas, pero ya era tarde y solo queda una pared y algunos siglos para despertarme. Y si lo pienso ya lo sé, no muero en el intento, pero salgo herido y lo bastante como para no estar vivo. Tengo el don de la oportunidad. Tengo el temple y la capacidad de echarte de menos cuando ya no estás. Pierdo por momentos densidad, pierdo grados y efectividad. Ahora ya lo entiendo, aquí no hay vuelta atrás, ya no hay vuelta atrás. Porque ya no hay lágrimas que valgan, ni misterios que cuidar, sólo la mísera certeza de que nada será igual.

Esa barrera llamada "AMOR".

Todo va perfecto hasta que te chocas contra algo que lo jode. Es como una especie de barrera que nadie puede sobrepasar, solo dejar que se deteriore con el tiempo, a la vez que nosotros cogemos fuerzas para derrumbarla. Aún así nos cuesta, pero acabamos lográndolo.
Esa barrera tiene un nombre, "amor", las cosas chocan contra ella un millón de veces y acaban destruyéndose, hasta las cosas tan fuertes como la amistad. Nada puede superar esta barrera, lo único más fuerte que ella es el tiempo.


miércoles, 13 de junio de 2012

Mírame que fuerte soy.

Mírame, que fuerte soy. Me resbala si follas o fallas. Si estudias o prefieres trabajártelas. Si odias los domingos o si vas hablando mal por ahí de mí. Si eres victoria o fracaso. Si te sigue faltando cerebro o si te sigue sobrando de ahí abajo. No me han quedado cicatrices de la ostia que nos pegamos, ni refugios, ni paisajes. Ni canciones que recordar.. Ahora soy invencible, imperfecta, sincera y rápida. Vuelvo a las andadas, que maravilla, ostias, quien me lo diría.