jueves, 28 de junio de 2012

Abrí los ojos.

Nuevo abril estrena otro disfraz. Hay un muerto encima del sofá. Viernes 13 rojo, otra vez impar. Nado entre la nada y su mitad. Nado entre el concepto ser o estar. Si soy lo que siento, siento que no estás... Y es que ya no hay lágrimas que valgan, ni misterios que cuidar. Sólo la mísera certeza de que nada será igual. Y abrí los ojos para ver si aun estabas, pero ya era tarde y solo queda una pared y algunos siglos para despertarme. Y si lo pienso ya lo sé, no muero en el intento, pero salgo herido y lo bastante como para no estar vivo. Tengo el don de la oportunidad. Tengo el temple y la capacidad de echarte de menos cuando ya no estás. Pierdo por momentos densidad, pierdo grados y efectividad. Ahora ya lo entiendo, aquí no hay vuelta atrás, ya no hay vuelta atrás. Porque ya no hay lágrimas que valgan, ni misterios que cuidar, sólo la mísera certeza de que nada será igual.

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